Torredembarra, el pueblo donde nací y he crecido, con admiración y satisfacción de lo que fue mi tierra natal. Ahora, después de 47 años, me pregunto ¿qué fue de aquella Torredembarra abierta al mar, plural, progresista, admirada y acogedora? Supongo que esta pregunta se la hacen muchos, sobre todo los de mi generación y anteriores a la mía.
Hoy en día decimos que nos alegramos de haber tenido y disfrutado de aquella Torredembarra, abierta y dinámica, que creció desde su urbanismo, pasando por toda la costa, disfrutando del comercio y el turismo donde las familias lo tenían todo sin moverse de su pueblo y la juventud teníamos todo el ocio que queríamos, con respeto, educación y con diversión.
Torredembarra se dejaba admirar por todo su territorio comarcal. Con una comunicación de 12 km a Tarragona y 92 km a Barcelona y un eje ferroviario de unión entre estas dos ciudades y venían turistas nacionales y extranjeros con un ambiente cultural envidiable a gusto de todos.
Después de la transición en España el Sr Salort gobernó más de 20 años en Torredembarra, pero luego vinieron los cambios. Uno de ellos, fue político con un cambio de ejecutivo de Convergencia y Unión, que apostó por una ciudad dormitorio y cambios urbanísticos, donde ahora se puede reflejar la falta de hostelería y restauración. Después llegaron los socialistas, donde a mi modo de ver siguieron la misma estela, sin cambios importantes pero con un modo de vida saludable y respetuoso entre los vecinos aunque mirando siempre a un sistema de voluntad política muy estable y cómoda. Ahora el nuevo modelo político, social y cultural de Esquerra Republicana donde Toreredembarra, está inmersa en un pozo poco respetuoso para el prójimo que no sea republicano o independentista y con una obsesión de ganar dinero mediante nuestros impuestos, acabar con la constitución que es la que representa la convivencia entre pueblos y ciudades y hacer del ocio una cultura que a la vez nos empuja más a una independencia republicana que lo único que hace es dividir más, la vida social y económica de nuestra ciudad y nuestros intereses comerciales y económicos.
Ahora Torredembarra se está convirtiendo en mi opinión, a lo descrito anteriormente. La historia no se puede borrar, una historia que empezó en el siglo XIX cuando mucho inmigrantes vinieron a trabajar a Catalunya y sobre todo a Torredembarra, donde aquel crecimiento laboral y social se mostraba en las calles y plazas, donde se representaba y se plasmaba el trabajo de esas personas no nacidas en Cataluña y que ahora algunos gobiernos de postín quieren borrar junto con sus secuaces que insultan mediante pinturas a los que representamos a esa masa social que trabajo y luchó por una Torredembarra plural y abierta al mundo.
Este no es el pueblo y el modelo de ciudad que quiero y tampoco el que conocí, nuestros hijos se merecen más y volver a recuperar los valores plurales que todos teníamos.
¿De verdad que esta es la Torredembarra y la ciudad que queremos?
Toni Cruz, portaveu municipal de Ciutadans a l’Ajuntament de Torredembarra
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