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Óscar Molero

“Presidente en Defunciones”
“Por un afán de resurrección política, el rey de los humos tal caballero de Atila desbocado, se afana en exhumar al superviviente dictador. Desde luego que hay vida después de la muerte, que se lo digan a los españoles que hayan sobrevivido la envuelta vida, esperada muerte e impetuosa resurrección del último dictador “en diferente mente” del mando o banda del que hayan formado, o deformen, juez y parte.

En vida nadie provocó tanta muerte, fallecido pereció tan vivo, ni un apresurado “presidente en defunciones” tuvo el poder de insurreccionar a un franco dictador para cumplir su primera medida mal tallada al llegar a su mausoleo viviente. Un traslado que además de cuerpo y alma en cincuenta kilómetros, remueve mil y una conciencias de la cuarentena de la “_dicta y dura”_ post morten , algunas esqueletizadas y muchas otras momificadas en la _“ideal ización”_ del totalitarismo.

Un Valle de caídos que quedará huérfano y profanado por un candidato a presidente, que antes de su elección, empleando su inepta competencia del momento, pretende alzarse en el “valle de los subidos”. La está liando en el Pardo, “parda quien parda” cuando ni el Papa ejerce de padre en el escenario del ¡madre mía!. Unos se rasgan las vestiduras y otros vitorean su honor.

Un patético despótico político gracias a un mal enterrado dictador y un desenterrador semi desterrado. Conquistas de territorios, exhumaciones y efectos de humo,batallas entre vivos y muertos entre ejércitos de colores… El pasado viviente de la historia malherida y maltratada de nuestro país,es el voto a resucitar que el caballero desbocado quiere enterrar en sus urnas para revivir las vacaciones de estos últimos meses en La Moncloa. Un golpe franco apunta la portería, como suba a su marcador…tendrá que dar las gracias a su difunto desterrado”.

Óscar Molero Espinosa