“Ante la dimensión mediática alcanzada por la noticia, queremos precisar que en nuestro restaurante no se admite el consumo por los lactantes de leche de procedencia animal (no humana), y así se advierte a la entrada del local y al efectuar las reservas telefónicas. Está aceptada, por supuesto, la lactancia materna.
Esa posición obedece a que queremos ser coherentes con nuestra filosofía de vida, pero a la vez queremos ser respetuosos con la de nuestros clientes.
Es falso que hayamos expulsado a nadie del restaurante. Jamás se ha tomado ninguna medida contra nadie que haya ignorado nuestro ruego. Nunca hemos hecho uso de nuestro derecho de admisión, no hemos prohibido la entrada a ninguna persona ni le hemos invitado a marcharse. También es falso que excluyamos a los minusválidos, antes al contrario, desplazamos mesas al piso inferior para atenderles mejor.
Desde El Vergel no nos consideramos abanderados de ninguna causa, ni juzgamos a nadie por el tipo de alimentación de sus hijos. No imponemos nuestros valores ni ideas. Sencillamente intentamos hacer un ejercicio de coherencia, respetando siempre el derecho de cada persona a mantener sus opiniones.
Por ello, pedimos libertad y respeto para establecer en nuestro local las normas que creamos más convenientes, que no han sido discriminatorias, excluyentes o denigrantes, ni lo van a ser nunca. No odiamos a los bebés ni a las familias, antes al contrario, tienen nuestro afecto y respeto. Tanto es así que disponemos de tronas, sillas altas para niños, pinturas y libros para colorear y juegos de mesa”.
Alvaro Soto y Ángel Martín
Equip de redacció