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La mujer de la futura sociedad es social y económicamente independiente. Ya no está sujeta al menor vestigio de dominio y explotación, es libre, es la igual del hombre, dueña de su destino.

August Bebel, “La mujer y el socialismo” 1879.

El Día Internacional de la Mujer conmemora con orgullo la lucha de las mujeres. Fueron ellas quienes defendiendo el fin de la guerra y exigiendo pan se levantaron en una gran manifestación en 1917. La Revolución Rusa permitió conquistas inéditas para la mujer en aquella época.

Rocío León Aller. Secretaria de Políticas de les Dones del PSC Federació XVII

El 8 de marzo no es, por tanto, un día de fiesta. Nada tiene que ver con cenas, comidas y espectáculos destinados al sexo femenino con la única finalidad de hacer dinero alejándonos de nuestra historia y pretendiendo que copiemos un modelo neoliberal machista.

En el Día Internacional de las Mujeres, el 8 de marzo, las feministas reivindicamos la igualdad entre mujeres y hombres. También honramos la lucha de las mujeres en el movimiento obrero y socialista.

Las feministas socialistas aspiramos a transformar la sociedad. Feminismo y socialismo se encuentran con rapidez, ambas teorías denuncian el orden establecido, la subordinación y la explotación y ambas atacan la dimensión estructural de la opresión, ya sea el capitalismo, ya se trate del patriarcado.

Es una alianza que nació ya con el socialismo utópico, donde convergían ambas tesis. Fourier, Qwen, Saint-Simon, Claire Démar, Flora Tristán, defendieron que la verdadera transformación social, que la auténtica libertad de mujeres y hombres no vendrá de la mano del movimiento reformista sino del socialismo.

Somos herederas de Wollstonecraft, de la desvinculación de la situación de las mujeres de su naturaleza, una de sus aportaciones clave para el feminismo. Así que cuando M. Rajoy dice ahora no toca hablar de la brecha salarial nos está declarando la guerra a las mujeres que llevamos siglos de lucha. Nos alzamos contra el código napoleónico que nos negaba derechos civiles, nos subimos al tren de la libertad contra el gobierno del PP cuando pretendió lo mismo y este 8 de marzo volvemos a salir a las calles. Decimos basta a la brecha salarial, al acoso sexual, a la violencia machista, exigimos al gobierno que tome medidas para que se cumplan las leyes que nos convierte en ciudadanas de pleno derecho.

Rajoy alardea de tener mujeres que mandan. Ribera pretende aleccionarnos a las feministas desde pedestal neoliberal. El independentismo pretende colarse como reivindicación feminista. Para ellos ser feminista ya no es un insulto, pero nos insultan por serlo.

Al presidente del Gobierno no le gusta que las mujeres seamos libres e iguales. Tampoco a su aliado neoliberal que incluso defiende que nuestros cuerpos deben estar sometidos a las leyes de mercado. Y el separatismo, que nos ha ignorado en todos sus gobiernos, ha flirteado con la derecha recortándonos derechos y ahora pretende utilizar nuestra causa en su propio beneficio.

Cuando alguien independentista defiende la vida en comuna y se autodenomina feminista sin fronteras demuestra tener un lío mental de tamaño considerable. Están deshonrando la memoria de las luchadoras comuneras, que orgullosas se proclamaban herederas de los clubes plebeyos revolucionarios jacobinos. El internacionalismo era uno de los signos más emblemáticos de la Comuna y lo que convocó a mujeres como Sonia Kovalevskaya, proveniente de un movimiento moscovita a favor de la emancipación de la mujer, a compartir los ideales de igualdad y libertad que defendían en su tierra natal.

Así que saquen sus sucios intereses de nuestra noble causa. Súmense a defender los derechos y las vidas de las mujeres. Conmemoren el trabajo hecho por las feministas y denuncien que las mujeres aún nos enfrentamos a múltiples desigualdades y violencias.

Este 8 de marzo salgamos, una vez más, a gritar que no existe democracia sin mujeres. No nos podemos permitir ni un paso atrás.

Rocío León Aller. Secretaria de Políticas de les Dones del PSC Federació XVII