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Si existe algo realmente negativo y contraproducente a la hora de gestionar y dirigir un municipio es la falta de seguridad, convencimiento y congruencia en las decisiones adoptadas por el equipo de gobierno.

Miren Eskarne Zabalo és regidora de C’s a Salou

En el poco tiempo que formo parte del Consistorio de Salou no dejo de percibir una especie de inercia en la forma de hacer las cosas derivada de viejas costumbres. Inercia que han asumido y adoptado los miembros del equipo de gobierno local actual como propia.

En muchas ocasiones se sugiere a la oposición, de un modo que me atrevería a describir como paternalista, consultar con los técnicos o regidores de las diferentes áreas de gobierno antes de presentar mociones en los plenos. En la mayoría de los casos la respuesta que vamos a obtener a nuestras propuestas es un “votaremos en contra, porque ya estamos en ello”.

Y en Ciutadans (C’s) Salou nos preguntamos: ¿Ya estamos en ello? Si el tema no fuera tan serio parecería una broma. Son innumerables las ocasiones que una pregunta, moción o aportación realizada por la principal fuerza de la oposición (C’s) da lugar a la posterior nota de prensa del sr. Alcalde vanagloriándose de un logro que no le corresponde.

Pero si todo esto es grave y va en detrimento de una dinámica municipal resolutiva y productiva, aún lo es más cuando parece ser que las decisiones tomadas en Junta de Gobierno y Comisiones no tienen más valor que el papel mojado.

En los últimos días se ha generado una polémica en torno a las próximas fiestas del Cós Blanc en Salou. Polémica que no hubiera existido si el equipo de gobierno hubiera tenido un poco más de previsión y hubiera explicado los cambios en las subvenciones y los actos afectados, tanto a las asociaciones y entidades implicadas como a las diferentes formaciones que los representan en el ayuntamiento.

No hubiera estado de más que la oposición hubiera conocido “los cambios” a través de un ejercicio de transparencia del equipo de Granados y no a través del programa de fiestas en nuestros casilleros.

En este caso, esto es una apreciación sin mayor importancia, porque a pesar de la mala gestión, de no prever bien los plazos, de asegurarnos que los cambios son los que son y no hay marcha atrás…Se presenta el sr. Granados y, en el último instante, sin encomendarse a nadie se erige como el salvador de la Festa Major y dan comienzo las excepciones, las prebendas y el entendimiento con todos aquellos a cuyas espaldas se había gestionado hasta ese momento el Cós Blanc.

La moraleja: “Definitivamente las cosas son así o quizás no… según tenga el día nuestro alcalde.”

Miren Eskarne Zabalo és regidora de C’s a Salou

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