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Jesús López Romero

Cuando uno echa un vistazo a la situación del país en los últimos cinco años me voy dando cuenta que la sociedad ha adquirido un nivel de intolerancia, de repulsa, de hartazgo y lo que el 15M llamaron indignación, de tal manera que cuando se les presenta una noticia sobre corrupción política de malversación en la cajas de ahorros… se le altera la sangre y piden justicia, algunos reclaman hasta las guillotinas (casos extremo-populistas sui generis).

Pues bien yo siempre he sido una persona muy pragmática y que no solo se queda con una versión del asunto, busco los datos de distintas fuentes y sobre todo hago autocrítica de los porqués, ¿del por qué la clase política ha llegado a estos niveles? ¿Porque la crisis ha atacado ferozmente a las clases medias en este país? Entre muchos otros.

Sin ser toda nuestra (la sociedad) creo que debemos asumir una parte de culpa, sí por qué casos de corrupción siempre han habido, los medios de este país por suerte aunque, con un editoriales muy partidistas, han sacado a la luz hechos corruptelas y demás despropósitos que en otros países son impensables, si no como se explican los casos de la Comunidad Valenciana y Baleares o el Gurtel que se descubrió y acto seguido se le dio mayoría absoluta al PP para que formase gobierno en 2011. Hemos sido una sociedad que no hemos mimado la democracia que nos hemos dejado de lado el bien común desde nivel municipal hasta la gobernabilidad del país, pensábamos que las instituciones eran irrelevantes para el día a día ciudadano, que votar era casi un acto de venganza (Zapatero ha hecho esto mal pues voto al Rajoy). ¿Quién se ha leído un programa político? (aunque no se cumplen nunca) pues eso.

Nos hemos olvidado de aquello que con la transición tanto añorábamos, esto hace que ahora pongamos en duda hasta la constitución. Me acuerdo que justo después de las municipales del 2003 el alcalde electo de mi pueblo,  lo primero que hizo al llegar fue subir su salario, el suyo y el de los concejales.

Pues bien cuando llegó a mis orejas el asunto, lo comenté con el padre de un amigo mío y este al responderme me sorprendió, me dijo que él hubiera hecho lo mismo, como si su salario cayera del cielo, como si el dinero no fuera nuestro!. De aquellas lluvias estos lodos.

Ya digo no soy capaz de dictaminar si la política nos sumió a esa dejadez o la sociedad subestimó la maldad que se podía encontrar en algunos  políticos.Todos en mayor o menor medida hemos provocado el tsunami actual, y solo desde la autocrítica podemos hacer revertir el sentido democrático.

Por último cuando a un niño se le pregunta que quiere ser de mayor estos siempre responden: policía, bombero, médico, veterinario incluso abogado, gente con vocación de servir y proteger, ninguno dice que quiere ser alcalde o político. Quizás va siendo hora de que la política se gane la sociedad y que la sociedad tenga la política que actualmente merecemos. Que esta sangrante crisis haya servido para algo y sobretodo que nos sirva para que no vuelva a suceder.

Jesús López Romero.