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Joaquim Vandellós, Secretari General de NNGG a Tarragona

Joaquim Vandellós, Secretari General de NNGG a Tarragona

En el siglo XIX el marxismo clásico consideraba que  el concepto “Nación” era un invento de la burguesía para dividir al proletariado y esconder detrás de una bandera la explotación a la que era sometida la clase obrera. Una clara muestra de este pensamiento lo encontramos en la obra de Rosa Luxemburgo La crisis de la socialdemocracia: “La primera tarea del socialismo es la liberación espiritual del proletariado de la tutela de la burguesía, tutela que se manifiesta por la influencia de la ideología nacionalista. La acción de las secciones nacionales, tanto en el parlamento como en la prensa, debe tener por objetivo la denuncia del hecho de que la fraseología tradicional del nacionalismo es el instrumento de la dominación burguesa”.

Sin embargo hoy en día en Cataluña es inexistente una izquierda que defienda el proyecto de España. La izquierda catalana se encuentra totalmente embelesada por el nacionalismo. Sintomático de este hecho es el apoyo de UGT y CCOO Cataluña al “Derecho a Decidir” y las posteriores declaraciones de Pere Navarro dando a entender que parecían más preocupados por la independencia que por los derechos de los trabajadores. Pero esta situación no se limita solo a los sindicatos, sino también a los partidos políticos de izquierda.

Leyendo hace unas semanas el artículo de Miquel Iceta “Federalismo necesario” me di cuenta que el Nuevo PSC más que salir del túnel en el que se ha metido , se dirige hacia la más absoluta oscuridad. El artículo iba cargado de nacionalismo por todas partes: negación de la Nación española, diferenciación de Cataluña con el resto, modelo lingüístico y defensa del “Derecho a Decidir”. Me sorprendió la clamorosa contradicción de que unos de los valores del PSC fueran “igualdad, fraternidad y solidaridad” pero que a la vez apueste por un modelo federal asimétrico que concede privilegios a unas comunidades autónomas por encima de las otras.

Otra contradicción flagrante es la defensa de la izquierda de la disminución de las desigualdades en la distribución de la renta y su crítica del actual modelo de financiación autonómico. ¿Cómo se entiende que les parezca bien que los ricos paguen más y los pobres menos pero que en cambio les parezca mal que pase lo mismo con las regiones ricas como Cataluña y las pobres?  Estaría bien recordar que son las personas las que pagan en función de su renta, no los territorios. Que una persona rica paga más de lo que recibe independientemente de que viva en Cataluña o en Extremadura. Pero una vez más, la izquierda embelesada por el nacionalismo reclama una Pacto Fiscal para Cataluña. Aquello tan típico de  la solidaridad parece ya cosa del pasado.

Además, la izquierda suele atribuirse una superioridad democrática sumándose al “Derecho a Decidir”, siendo un claro ejemplo ICV. Pero precisamente bajo un principio democrático hay que ser contrario al referéndum ilegal, ya que en lugar de consultarse a toda la población, solo se consulta a una parte del territorio nacional porque es lo que electoralmente puede ser más beneficioso. Si se niega que la soberanía nacional reside en el conjunto de la Nación española, y se pretende creer que Cataluña tiene derecho a decidir, ¿por qué no lo puede tener también Tarragona o una comunidad de vecinos? Es curioso que se considere que los ciudadanos de Cataluña están capacitados para decidir en qué Estado quieren vivir pero en cambio no se les quiera conceder el mismo derecho a elegir algo tan simple como que sus hijos estudien en catalán o castellano como lengua vehicular en las escuelas, otra reivindicación más que el socialismo catalán ha adoptado como propia.

Es evidente que hoy en día hay una carencia de una izquierda que defienda la unidad de la Nación española. Ni tan solo ya defiende la escolarización en castellano, pidiendo recientemente los socialistas catalanes que se suprimiera esta partida de los presupuestos. Esto está llevando a un importante sector de la población sin un claro referente, ya que el que tendría que serlo, que es el PSC, va  camino del ostracismo. Y la indefinición en lo referente a la unidad de España les pasará factura.  Lo peor que pueden hacer el PSC e ICV es ponerse la careta nacionalista porque el electorado ante la copia siempre prefiere al original.

Joaquim Vandellós, Secretari General de NNGG a Tarragona